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La comunicación: una inversión con beneficios

 

¿Cuántas veces desde la propia dirección de una empresa se frenan sus planes de evolución? A veces por temor, otras por falta de información o por desconfianza, pero la cuestión es que uno de los principales retos a los que se enfrenta un Dircom es a plantear cambios de estrategia para dar a conocer la marca ante nuevos públicos. Algo que, aunque a priori, puede gustar a todo empresario, a la hora de poner las tácticas encima de la mesa crea recelos.

Tenemos que ser conscientes de que vivimos en un país en el que el tejido empresarial está básicamente formado por PYMEs y, en su mayoría, familiares. Un conglomerado que se caracteriza por ser poco asiduo a los cambios («si funciona no lo toques») y también por ser poco proclive a delegar ante las nuevas generaciones y mucho menos a dejarse llevar por sus ideas «modernas» o rompedoras.

Esto sólo se soluciona de una manera: teniendo paciencia y haciendo un gran esfuerzo de comunicación para defender las ventajas que ofrece el mundo actual. Una situación que se ve muy clara, por ejemplo, cuándo hablamos con una PYME sobre los benéficos de las redes sociales para su negocio.

 

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Algunos estudios apuntan a que sólo un 30 por ciento de los altos directivos tienen perfiles (profesionales o no) en las redes sociales. Un dato que ya demuestra la poca confianza que despiertan en estas personas las nuevas plataformas sociales y que obliga a los Dircom a, por un lado, defender la importancia de tener presencia en la red y, por otro, a desmitificar a base de ejemplos y datos que no son unos canales «para pasar el tiempo», «para entretenerse».

Y todo esto se tiene que hacer sin caer en tecnicismos que hagan que el receptor del mensaje se pierda o sienta miedo por no estar al día y dé carpetazo al tema. ¿Qué quiere el CEO de una compañía? Hablar de ganancias, pues ese es el enfoque que hay que ofrecerle, presentando las nuevas estrategias de comunicación como una inversión y no como un gasto. Hay que explicar cómo gracias a ellas se podrá mejorar la visibilidad de la marca, su reputación y notoriedad a la vez que se conseguirá unir a los trabajadores, aumentar su compromiso y, en definitiva, hacerlos más eficientes porque son más felices trabajando.

Otros argumentos

Utilizar a la competencia también suele ser un argumento que funciona bastante bien. Si nuestro principal competidor está teniendo éxito con un determinado plan de marketing que podría encajar bien con nosotros hay que exponerlo, poniendo el énfasis en que nosotros lo haremos mejor porque tenemos un equipo preparado para ello y, además, no cometeremos los mismos errores.

En este sentido es importante concienciar al CEO de la necesidad de implicar a toda la plantilla y de formarla en consecuencia. Eso nos obligará a evaluar los conocimientos que posee cada empleado para adaptar las nuevas acciones a cada rol. Por ejemplo, siempre es interesante ver qué trabajadores son más activos en las redes, mencionan a la empresa y pueden convertirse en líderes de opinión dentro de la plantilla, ayudando así a establecer una comunicación interna de éxito.

Para tranquilizar a la cúpula de la compañía sobre la parte lúdica de las redes sociales, el Dircom tiene que crear un decálogo de acción y compartirlo con el resto de empleados. Este documento debe de recopilar una serie de normas y recomendaciones que los trabajadores deben seguir a la hora de mencionar a la marca en la red.

Y muy importante, todo ello tiene que hacerse paso a paso, sin prisas, sin presiones y con mucha mano izquierda. Sin duda, todo un reto para un Dircom pero, de tener éxito, en poco tiempo tendrá unas métricas encima de la mesa que le permitan mostrar a su CEO el impacto positivo de estas acciones para el branding de la empresa y que además ha logrado generar  engagement entre sus empleados

 

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