¿Qué necesitas para convertirte en la marca más valiosa del mundo?

 

Una pregunta que todo emprendedor se hace y de la que no se tiene respuesta o al menos no una única, ya que cada sector, mercado y país tiene sus preferencias y necesidades. No obstante, hay grandes marcas que son reconocidas en Australia, China y hasta podríamos decir que casi en Marte. Apple y Google, sin ir más lejos, aunque quién se lleva la corona de laurel es Amazon que ha recibido el reconocimiento de ser la marca más valiosa del mundo, según la última edición del estudio “Brand Finance, Global 500”.

En el mercado español, también encontramos marcas que se han colado en este barómetro como son Zara, Repsol, Santander y BBVA, que además han mejorado sus posiciones respecto a años anteriores. Pero qué pasa si somos una empresa que acaba de nacer… ¿Cómo puede posicionarse? ¿qué no debe hacer?

Los expertos en comunicación lo tienen claro, para dotar a una firma de credibilidad, notoriedad y visibilidad hay que llegar a su público objetivo hablando su mismo idioma y compartiendo espacios comunes. Es decir, si mi target son mayores de 65 años, es muy posible que mi estrategia carezca de sentido si la centro en las redes sociales o al menos si la centro en plataformas como YouTube o Linkedin dirigidas a un público más joven. En cambio si preparo campañas más tradicionales, a pie de calle, en punto de venta e incluso en medios de comunicación offline existen muchas más posibilidades de que se fijen en mí.

Por otro lado, la imagen corporativa debe de ir siempre en línea a los valores y filosofía de la marca. Si vendemos tecnología puntera no podemos hacerlo a través de una web obsoleta o que tarde en cargarse. El refrán «en casa del herrero cuchillo de palo» tenemos que desbancarlo de nuestro vocabulario si queremos ser efectivos, darnos a conocer y, por lo tanto, vender (más y) mejor.

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Si somos una ecommerce no podemos contar con una web mal posicionada, que tarde en cargarse o que no sea responsive, es decir, que debe poder visualizarse desde cualquier dispositivo móvil. Esto que parece tan obvio es uno de los errores más comunes que se dan entre las pymes españolas. Lo mismo ocurre con la fiebre de abrir perfiles sociales en todas las plataformas posible sin tener en cuenta si encaja a nuestra marca, si allí vamos a encontrar a nuestro público objetivo y de si tenemos tiempo o recursos personales para crear contenidos originales de forma regular y continuada.

Una mala gestión en las redes sociales puede catapultar a la fama a una marca poco conocida pero no es lo deseado. Lo ideal es que la empresa aprenda a generar una imagen positiva, cree una comunidad de seguidores a su alrededor que sienta que la necesita. No hay nada mejor para una marca que hacerse imprescindible, así como contar con una legión de clientes que les siga y defienda.

Todo esto sólo se consigue con una buena estrategia y tiempo. Para ello es imprescindible destinar una parte del presupuesto a la creación y posicionamiento de la marca. De nada sirve salir a vender sin un argumentario definido y adaptado a cada tipo de target. Tenemos que saber explicar muy bien qué hacemos, cómo, qué nos hace novedosos y mejor que la competencia y, sobre todo, despertar interés, generar una necesidad y conseguir colarse en el día a día de nuestro público objetivo.

 

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