¿Qué hace GRANDES a las pequeñas agencias de comunicación?

 

Su falta de protocolos maximiza su creatividad e improvisación

 

Aunque las agencias de comunicación pueden clasificarse según muchos parámetros, las empresas en lo primero que se fijan es en el tamaño. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia entre trabajar con una gran agencia o con una pequeña?

Pues si somos rigurosos con esta clasificación por tamaño, las agencias de comunicación, como cualquier empresa, realmente pueden ser de tres tipos: pequeñas, con menos de 10 empleados; medianas, entre 11 y 50 trabajadores; y grandes, con equipos compuestos por más de 50 profesionales. No obstante, la principal diferencia que puede llevar a una compañía a elegir uno u otro tamaño no reside en el número de personas que forman la agencias sino en la forma de trabajar y en el día a día de la relación tanto agencia-cliente como agencia-medios de comunicación.

Las grandes agencias de comunicación tienen protocolos establecidos que cuentan con más burocracia y a la hora de desarrollar un trabajo o una idea tienen que ir cumpliendo todos los pasos marcados por el sistema interno. Esta forma de trabajar tiene a su favor el orden, la organización y la supervisión de un amplio equipo de profesionales; sin embargo, estos patrones dejan poco espacio a la creatividad e improvisación. Es decir, se deja poco espacio a la libertad lo que hace que sus planes y estrategias de comunicación sean menos innovadores, diferentes y libres, su modus operandi impone un patrón establecido que limita lo nuevo.

 

Libertad

Sin duda, las grandes agencias internacionales cuentan con una gran potencia y sistemas tecnológicos de última generación pero esto tiene un coste. Y no nos referimos a un precio económico, que también, sino a una barrera en la relación diaria agencia-cliente. Su forma de trabajar y comunicación dificulta la comunicación directa y fluida típica de las pequeñas agencias donde tienen un organigrama sencillo y se vive de cerca cada situación y/o necesidad de la empresa-cliente.

Esta cercanía con las compañías da la posibilidad a estas agencias de ofrecer una comunicación a medida y muy flexible que va adaptándose al crecimiento y necesidades de cada momento o nueva situación. Llevar de la mano al cliente y compartir en primera persona las experiencias del día a día invita una mayor motivación del equipo favoreciendo el desarrollo de ideas más innovadoras y originales. Y es que las pequeñas agencias en muchos momentos y situaciones son GRANDES.

 

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A pesar de que los equipos son reducidos, las agencias pequeñas son muy ágiles a la hora de tomar decisiones e improvisar. Asimismo, dominan todo el proceso ya que trabajan en él de principio a fin y no se encargan solamente de una parte aislada de la estrategia o plan. Este modus operandi facilita la comunicación tanto con el cliente como con los periodistas de los medios de comunicación que ven en ellos grandes aliados gracias a sus rápidas respuestas.

Digamos que en la elección de agencias: ¡el tamaño sí importa! En este caso ser pequeños no es una cualidad negativa sino una virtud ya que una agencia de comunicación pequeña es más ágil, flexible, creativa, innovadora y cercana que una con un amplio equipo de profesionales especializados. Asimismo, su relación con los clientes es más estrecha y buscan llevar a ñas empresas de la mano.

 

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