Los consumidores, los próximos damnificados de la guerra comercial

Las guerras comerciales nunca fueron buenas: los países disparan con aranceles y bombardean las importaciones. La historia está repleta de ellas desde que existe el comercio internacional, pero hoy por hoy siguen siendo un asunto de plena actualidad debido a las últimas medidas económicas impuestas por la Administración Trump.

 

Una guerra comercial comienza cuando un estado decide desde subir los aranceles hasta la prohibición de toda la importación de un producto a un país o conjunto de naciones. Como consecuencia, los países afectados adoptan regulaciones similares como represalia que, generalmente, provocan que nuevas medidas entren en escena”, explica Gastón Apraiz, director de Inverpriban.

 

El presidente de Estados Unidos ha anunciado su intención de imponer el aumento de los aranceles a las importaciones de acero en un 25% y a las de aluminio un 10%, además de una lista de 1.300 productos chinos sobre los que cargará aranceles del 25%.

 

Mientras Canadá y México están exentos, Europa y China se ven directamente afectadas por las medidas del Gobierno estadounidense; así como las relaciones de estos países y de los mercados globales, donde los analistas aseguran que todavía no son capaces de definir el alcance que puede tener esta guerra comercial.

 

“Este desencuentro provocará mayor volatilidad en las Bolsas. No obstante, en el caso de que los inversores perciban un acercamiento en las posturas entre Estados Unidos, China y Europa, podríamos ser testigos de un rebote generalizado en los mercados mundiales, cumpliendo las optimistas previsiones de los analistas”, señala el director de Inverpriban.

 

Las autoridades del Viejo Continente no se han quedado de brazos cruzados y la Comisión Europea (CE) estudia limitar la entrada del acero y aluminio ‘made in USA’ a Europa, además de medidas legales contra Estados Unidos. Según fuentes comunitarias, las medidas incluyen aranceles hasta del 25% a 3.500 millones de dólares en exportaciones estadounidenses, que podrían afectar directamente a la importación de las Harley-Davidson, el Bourbon, la mantequilla de cacahuete y los vaqueros Levi’s.

 

¿CÓMO PODRÍA AFECTAR ESTA GUERRA COMERCIAL AL CONSUMIDOR ESPAÑOL?

 

En la medida en que los países interponen barreras (arancelarias) y, en este caso, Estados Unidos frente a los productos de China y Europa, supone un riesgo para muchos países, entre ellos, España. El interrogante es dónde van a colocar China y Europa sus productos, lo que podría afectar directamente a las empresas que podrán ver un aumento de sus costes de producción y, por tanto, que repercuta negativamente en las cuentas.

 

En cuanto a las empresas españolas puede haber una repercusión para aquellas que operan con acero dentro de la Unión Europea, como pueden ser empresas constructoras, inmobiliarias y del sector automovilístico, lo que generará un repunte en los costes y un aumento de precios que afectará al consumidor y por ende a los índices de inflación,” apunta Gastón Apraiz.

 

Esta situación que sufrirán las empresas generará como resultado directo el aumento de los precios, por lo que los consumidores tendrán que pagar más por el mismo producto. Teniendo en cuenta lo anterior, Inverpriban señala que “el contexto será determinado por un efecto dominó, provocado por las políticas proteccionistas, un panorama inestable y de volátil que producirá un aumento del temor de los inversores”.

 

Ante estos escenarios, sigue siendo la gestión alternativa de inversiones, como la que realiza Inverpriban una excelente opción de rentabilidad para las personas que invierten o planean hacerlo, pero tienen temor a los cambios de tendencias producidos por factores macroeconómicos.

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