La pandemia dispara la demanda de sensores de CO2

“Centros de trabajo, universidades y escuelas, negocios de restauración y hostelería… cada día recibimos cientos de llamadas de empresas y entidades que quieren instalar en sus locales y oficinas sensores de CO2”. Lo cuenta una de las firmas tecnológicas españolas expertas en este campo, Redexia, la primera red española de Internet de las Cosas. Su cofundador, Alex Bryszkowski, explica que la pandemia ha disparado la demanda de estos sensores, especialmente desde que la Unión Europea ha liberado fondos para facilitar su instalación. “Como consecuencia de esto, el mercado se está tensionado a un nivel similar al sufrido durante la primera ola de la pandemia con el material sanitario, aunque su suministro aún no corre peligro a pesar de la alta demanda”.

Esto ha sido posible a partir de la publicación hace unos meses de diversos estudios, algunos de ellos coincidiendo con el inicio del curso escolar, y que demostraban que una correcta ventilación en espacios cerrados reduce los contagios de la COVID-19 alrededor de un 95%. Y uno de los indicadores más fiables para saber si se está ventilando correctamente lo proporcionan los sensores de CO2.

En este contexto, alertan desde Redexia, es importante acudir a proveedores que ofrezcan garantías y estén homologados por la Unión Europea. Estos medidores de CO2 suelen tener un coste mínimo de 150 euros, frente a los 50 que cuestan los que no están homologados y que ofrecen resultados poco fiables. “Al haber pocos fabricantes a nivel europeo, puede haber problemas de desabastecimiento de sensores homologados, y llevar a comprar sensores que no miden adecuadamente el nivel de CO2”.

Un medidor de CO2 incorpora un componente que, a través de infrarrojos, es capaz de medir de forma eficiente el nivel de CO2 del local. Es capaz de calibrarse de forma automática para mostrar estos niveles de forma correcta. Los datos se registran y centralizan para generar alarmas y reportes que permiten a los responsables del local tomar decisiones respecto a su ventilación. “Una de las mejores opciones es la de los medidores inalámbricos, ya que no requieren una gran inversión en infraestructura e instalación”, añade el fundador de Redexia.

400 medidores de CO2 en la Universidad Rey Juan Carlos

Los centros de enseñanza han sido los grandes protagonistas de los últimos meses por las circunstancias especiales que viven en el contexto de la pandemia. La ventilación en este ámbito es de vital importancia, y hay centros que han apostado por la tecnología para garantizar la mayor seguridad posible a docentes y alumnos.

Redexia está participando en un proyecto que dotará a la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid de 400 medidores de CO2 para medir la calidad del aire en las aulas. El despliegue comenzó en mayo con la firma de un convenio a través de la Catedra E2 y en colaboración con la empresa Alai Secure. A través de una solución de telemetría, la URJC podrá monitorizar en tiempo real el estado de todos los sensores desplegados, su ubicación y su correcto funcionamiento, así como los niveles y la calidad del aire, temperatura ambiente, humedad relativa, presión atmosférica, luz ambiente, TVOC (compuestos orgánicos volátiles totales) y CO2, en cada momento, en cada una de las aulas, permitiendo, a su vez, optimizar el funcionamiento de los sistemas de control existentes en la Universidad y facilitar la toma de decisiones.

Para este proyecto se ha optado por La la tecnología LoRaWan, que según explica Alex Bryszkowski, permite emitir en frecuencias libres, es decir, no licenciadas, a bajo coste y con un mínimo consumo, para ofrecer servicio en todas las instalaciones del campus con un despliegue de equipos y una inversión mínimos”.

Redexia, el primer operador nacional IoT

Redexia es la primera red nacional LoRaWan, es decir, el primer operador del mercado especializado en el Internet de las Cosas. Permite conectar objetos de manera que sean capaces de intercambiar información, comunicarse entre ellos e interactuar con los usuarios. La información que recoge se analiza para mejorar procesos y tomas de decisiones. Trabaja en múltiples sectores y ámbitos, como las Smart Cities, edificios inteligentes, logística y transporte, salud, educación, energía y agricultura, entre otros.

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