Las razones que empujan a las marcas a cambiar de agencia de comunicación

businessmen-523217_640En unos meses clausuraremos el ejercicio 2015 y tocará analizar qué hemos hecho bien, qué gastos han sido inútiles y cuáles nos han dado buen resultado. Son muchas las empresas que empiezan a hacer números y a poner en la cuerda floja a sus proveedores y en este aspecto las agencias de comunicación no son una excepción y deben demostrar que su trabajo ha servido para mejorar los negocios de sus clientes.

 
No obstante, muchas veces las marcas reconocen que pese a que haya una buena relación «se acaba el amor» y necesitan buscar nuevos compañeros de viaje para seguir con su crecimiento e incrementando el valor de su empresa. En Agenciasdecomunicacion.org hemos investigado y llegado a la conclusión de que esta pérdida de sintonía se suele dar en las siguientes situaciones:

 
Cuando marca y agencia hablan diferentes idiomas. Muchas veces los expertos en comunicación se olvidan de que su rutina no es la de sus clientes, por lo que no tienen (ni deben) estar al día de todas las novedades del sector, ni de los tecnicismos que se empleen. Muchas veces a la empresa, sobre todo si es pequeña, le da vergüenza preguntar o demostrar que no está entendiendo el planteamiento de la agencia. Una incomodidad que acaba por construir un muro entre ambos interlocutores y hace sentir a la compañía que no está frente a su proveedor ideal.

 
Puede parecer paradójico que algunas agencias que venden comunicación no sepan explicarse ante sus clientes, pero es una situación que lamentablemente ocurre a menudo y que genera mucha frustración para ambas partes, ya que por un lado la marca siente que va a ciegas y qué no sabe por lo que está pagando; mientras que la agencia se siente incomprendida y atada de pies y manos a la hora de ejecutar acciones que sabría que darían buen resultado pero que el cliente no da su ok para llevarlas a cabo.

 

 
Afán exagerado por gustar. Algunas agencias adoptan una postura poco proactiva y muy aduladora que acaba cansando a las empresas. Nunca hay que tener miedo a llevar la contraria a una marca, siempre y cuando se haga con respeto y conocimiento de causa. A fin de cuentas una compañía contrata a una agencia porque no puede o no sabe ocuparse de su comunicación, por lo tanto debe de estar dispuesta a escuchar y dejarse asesorar, porque contratar a una agencia que no aporte y se limite a ejecutar sin más no enriquece y acaba por convertir al responsable de comunicación en un perfil dispensable. Si somos expertos hay que demostrarlo y si toca contradecir para aportar, pues ¡adelante!

 

 
Conocimiento sobre el sector. Las empresas también destacan que a menudo las agencias se ponen las pilas al principio de su relación investigando a la competencia pero luego se relajan y dejan de aportarles un feedback interesante para su crecimiento. Las pymes necesitan saber que las estrategias que plantea la agencia son fruto de la reflexión, el análisis y la observación de lo que hacen los competidores.

 

 
El presupuesto. La comunicación tiene que entenderse como una inversión y no como un gasto, cuando esto no ocurre la relación entre agencia y cliente está condenada al fracaso. Es imprescindible que los expertos en comunicación hagan valer su trabajo y expliquen muy bien a sus clientes el retorno que pueden esperar. Generar falsas expectativas pueden crear un clima de desconfianza y desilusión difícil de remediar. La comunicación ayudará mucho a las empresas a mejorar en notoriedad, visibilidad y credibilidad pero tiene un precio y nadie trabaja gratis. No estamos hablando de un servicio caro, pero tampoco de que se deba regalar.

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