Comunicación basura: lo errores que deben evitar las marcas

trashcan-309010_960_720Las pymes dudan mucho a la hora de invertir en comunicación por un tema de desconfianza pero cuando empiezan a aplicar estrategias y comprueban la alta rentabilidad que supone para su reputación on y off line, así como para su credibilidad y notoriedad se empiezan a preguntar por qué no lo hicieron antes.

 

 
Es cierto que el tema económico es un hándicap importante a tener en cuenta, y más tras los años de crisis, pero también lo es que si una marca quiere llegar a sus consumidores y que estos la tengan en cuenta en sus decisiones de compra debe hacerse visible, ya sea a través de los medios de comunicación, del marketing, las redes sociales, etc.

 

 
Algunos piensan que con la llegada de los social media las estrategias más tradicionales como puede ser el envío de notas de prensa han muerto. Esto no es así. Cada canal cumple unos objetivos y cubre unas necesidades pero no son excluyentes. Aparecer en los medios de comunicación da un sello de calidad y credibilidad a las marcas, mientas que las redes sociales lo que han conseguido es romper con el diálogo unidireccional, difundir las opiniones de terceros y primar la información útil, de calidad e instantánea.

 

 
Ante este escenario en Agenciasdecomunicacion.org hemos querido listar los errores más típicos que cometen las pymes en sus estrategias de comunicación con el objetivo de evitarlos:
1. No valorar la comunicación. Si no crees en ella no destinarás recursos humanos y económicos y esperarás resultados al primer minuto. Pero la comunicación se trata de una carrera de fondo basada en la confianza y en la que se tiene que ser muy consciente que el que no comunica, no existe.
2. Como soy pequeño no necesito hacer comunicación. Falso, pymes, emprendedores y start ups tienen las mismas necesidades comunicativas que una gran empresa, porque todas necesitan darse a conocer. La única diferencia será en las estrategias a poner en marcha.
3. Comunicar cualquier cosa. No todo vale, las informaciones deben ser interesantes, originales y de valor para quién las recibe, ya sea un periodista, un distribuidor o el cliente final y, sobre todo, no tener un todo publicitario. Todos queremos vender pero no podemos bombardear a la audiencia con mensajes continuos sobre lo buenos y bonitos que somos, hay que demostrarlo con datos sobre el mercado, consejos sobre tendencias…
4. No pensar en nuestros receptores. Antes de emitir cualquier lenguaje es importante tener claro a quién nos estamos dirigiendo. Esto no sólo marcará el tono de nuestras interlocuciones sino también los contenidos. Además el hacer una selección de los destinatarios ayuda a no caer en la imagen de una marca spam.
5. Pensar que una respuesta puede esperar a mañana. Vivimos en la época de la inmediatez y ni los periodistas pueden estar pendientes de que una marca conteste a su demanda, ni los usuarios tienen paciencia para esperar por lo mismo. Lo que provocará que el futuro cliente descarte efectuar la compra que tenía en mente y que el medio de comunicación se busque otra empresa de la que hablar.
6. Empeñarse en quedarse en el entorno off line. Son muchas las pymes que temen entrar en el digital, sobre todo por el temor a no saber gestionar los comentarios negativos. Lo que estas empresas no entienden es que aunque ellas no quieran estar eso no va a evitar que los consumidores hablen de ellas. Por lo que siempre será mejor tener presencia y por lo tanto control de la reputación online de uno que quedarse fuera, aunque tampoco es necesario tener presencia en todas las redes sociales que existen. Sólo hay que estar en aquellas en las que esté nuestro público objetivo.
7. Contar con estrategias separadas para la comunicación on y off line. En el siglo XXI La imagen de una compañía un bloque sólido que no debe dividirse, sino adaptarse a cada canal y público. Todas las acciones deben tener unos mensajes comunes predefinidos y unos objetivos compartidos, sino llevaremos a la confusión a nuestro target.

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