Las tecnologías sociales están cambiando las relaciones humanas

CC by Alexander van Dijk

La era digital ha traído consigo un cambio de roles en el mercado. Hasta hace poco las marcas eran las únicas que podían lanzar mensajes a sus clientes potenciales, los cuáles poco podían hacer para hacerse oír. Ahora los social media han acabado con esta situación haciendo que el  verbo comunicar vuelva a significar hablar y escuchar.

Al dejar de ser unidireccional el diálogo entre marcas y consumidores ha alcanzado una nueva dimensión porque ahora el usuario puede dar su opinión, preguntar, criticar, aplaudir e incluso influir en el desarrollo o mejora de un producto y/o servicio.

Este tipo de interacción no sólo da poder al consumidor, sino que las agencias de comunicación destacan que las empresas también salen ganando ya que a través de las redes sociales pueden conocer mejor a su target, averiguar qué piensa, qué necesita y qué busca. Unos datos que sin duda les ahorrará tiempo y dinero, haciendo más efectivas sus estrategias de comunicación y marketing.

Pendientes del móvil

España es líder en penetración de smartphones y ello indica el interés creciente que existe por estar conectado. Ahora no sabemos vivir sin tener a mano uno de nuestros dispositivos móviles y eso está cambiando nuestra forma de relacionarnos, ya que por un lado, se amplía el círculo de posibles interacciones y por otro hace que, a veces, nos sumerjamos en una burbuja tecnológica que nos hace abstraernos de la realidad y olvidarnos de quién tenemos sentado al lado. La clave estaría en encontrar el equilibrio y no permitir que la dimensión 2.0 nos abstraiga del mundo real.

Incluso algo tan habitual como nuestra forma de ver la tele ha cambiado con los social media. Ahora nos sentamos en el sofá con el móvil en mano dispuestos a tuitear sobre el programa que estamos viendo. Una tendencia de la que ya se han dado cuenta las grandes cadenas y por ello animan a la participación online en todos sus programas.

Sólo estamos ante el inicio del cambio, la proliferación de nuevos aparatos tecnológicos seguirá afectando y modificando nuestra forma de comunicarnos. Eso no es bueno y malo, siempre y cuando no se convierta en una dependencia – ya existen casos-.

Debemos aceptar que las nuevas tecnologías han venido para quedarse y que de nada sirve empeñarnos en mantener las distancias entre lo offline y lo online, porque son dos mundos que ya conviven.

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