¿Cómo celebran las marcas Halloween? ¿Qué papel juega la comunicación en esta conocida campaña?

¿Truco o trato? Cada vez son más los sectores que se apuntan a la celebración de Halloween para comunicarse de manera directa con su público objetivo y ofrecer sus mejores ofertas a precios fantasmagóricos

Si de algo saben la mayoría de marcas, es de la importancia que las campañas tienen para sus productos y/o servicios, y de la necesidad de crear un calendario empresarial con algunas fechas que deberíamos considerar e incorporar en el plan estratégico de acciones de comunicación a desarrollar durante el año.

El 31 de octubre es una de ellas, y su celebración se ha extendido por gran parte del mundo como un día que siendo, en un principio,  una festividad para un público joven, con el tiempo  se ha extendido a adultos.

Halloween ha conseguido contagiar a personas de diferentes edades que quieren disfrutar y participar de las oportunidades que esta celebración ofrece una vez al año. Una festividad que invita a las marcas a que presenten campañas de marketing repletas de ideas simpáticas y divertidas; ideas terroríficas que despierten interés, pues fidelizar al cliente a través del engagement debe ser un objetivo. Es por este motivo que siempre que se pueda hay que estar presente y aprovechar las  oportunidades para interactuar con nuestro público objetivo,  siempre receptivo a la originalidad.

Recordemos que este 2020, vamos a vivir un Halloween diferente, como se viene haciendo desde el mes de marzo,  y hasta nuevo aviso. Así pues, el cumplimiento de la normativa sanitaria es lo primero que debemos tener en cuenta en las acciones que vamos a desarrollar,  aunque esto no quita que vistamos escaparates presenciales y/o virtuales con fantasmas, calabazas, calaveras, brujas y tantas otras ideas que podamos identificar con esta celebración, y no olvidemos los colores que se asocian a esta día: naranja, violeta, negro y/o blanco, nunca pueden faltar en Halloween.

Entre los objetivos que debemos proponernos para esta campaña, está el conectar con nuestros clientes, a través de las RRSS, siendo un medio perfecto con  oportunidades diversas que debemos potenciar ya que es una celebración que nos da mucho margen para interactuar con nuestros clientes; una puerta abierta a conocer más sobre sus gustos y/o deseos de manera divertida y simpática, y que después podemos transformar en información para futuras campañas en las que participar.

Algunas ideas divertidas que podemos contemplar o no en próximas ediciones dependiendo del sector: 

– Diseñar packaging con motivos terroríficos.

– Disfrazar escaparates de miedo.

– Rediseñar logotipos que atraigan la mirada de brujos y brujas.

– Enviar Newsletter o e-mailing con información fantasmagórica.

– Añadir a tu web motivos o fotos de Halloween.

– Crear un juego online monstruosamente divertido e invitar a que participen miembros de tu equipo o proveedores. ¡Y también admiradores!

– Escribir una storytelling jamás contada hasta ahora y compartirla en redes sociales.

Diseñar una campaña, recordemos no es fácil y requiere de profesionales y expertos de agencias de comunicación que integren metodología y herramientas necesarias para llegar a un público objetivo siempre exigente que sabrá apreciar el trabajo realizado pensando en él. Y si no has incorporado esta festividad en tu calendario, visualicemos  oportunidades de próximas campañas porque noviembre y diciembre están a la vuelta de la esquina.

Entre las campañas de otoño más reconocidas,  encontramos Black Friday, a finales de noviembre que más allá de concentrar todo el esfuerzo en un sólo día, en los últimos años, la campaña se ha extendido en el tiempo, y muchas marcas ofertan sus mejores productos con grandes descuentos  durante una semana. Y, la campaña que no puede faltar porque tiñe de emociones e ilusiones los hogares, es la campaña de Navidad, conocida por todos y que marca nuestro calendario del mes de diciembre.

Y, sobre todo que la experiencia vivida nos ayude a incorporar a nuestras futuras campañas de comunicación todo aquello que ha funcionado bien en el pasado y que se puede adaptar al presente pero, siempre,  teniendo en cuenta el contexto social que vivimos.

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