Los consumidores del siglo XXI son infieles, desconfiados y exigentes

speakers-213232_640Los hábitos y las decisiones de compra cambian y se transforman cada vez más rápido. Un factor que obliga a las empresas a estar siempre pendiente del mercado y a contar con estrategias que les ayuden a descubrir lo que quieren sus clientes potenciales. La crisis, las nuevas tecnologías y la globalización nos han dibujado un escenario en el que los consumidores han dejado de ejercer un papel pasivo para pasar a ser agentes de opinión que exigen a las marcas unos mínimos si quieren ganarse su fidelidad.

 

 
A la hora de crear una imagen de marca, los responsables de comunicación tiene que tener muy claro qué es lo que quiere su target y adaptarse a él. Unos deseos que cambian con el paso del tiempo, por ejemplo en estos momentos los jóvenes ofrecen su fidelidad a empresas comprometidas con la sociedad, además defienden valores como la estabilidad por encima de un gran sueldo o un determinado estatus. Estamos ante un consumidor para el que la autenticidad del producto es un valor tan determinante como puede serlo  la relación calidad-precio.

 

 
El consumidor actual también se caracteriza por ser mucho menos influenciable, sobre todo ante las compañías que se empeñan en seguir utilizando tácticas de marketing obsoletas y que nada tienen que ver con la sociedad 2.0. Ahora los clientes tiene a su alcance un universo de información sobre las marcas, por lo que es mucho más difícil convencerles para que realicen una compra, aunque a la vez es mucho más fácil llegar a ellos gracias a la gran cantidad de plataformas sociales que existen. Las agencias de comunicación nos recuerdan que los nuevos consumidores son muy sensibles a las recomendaciones sobre todo en el sector moda o tecnología, por lo que contar con influencers que hablen bien de una determinada empresa o producto puede abrir muchas puertas. Conseguir una imagen positiva es el primer paso para acercarse al público.

 

 
Innovación
Si se quiere enamorar al consumidor del siglo XXI hay que crear un  plan de comunicación que tenga muy en cuenta los deseos y necesidades de los clientes potenciales pero también que sea innovador e incluya las nuevas tecnologías. Vivimos en una sociedad que está conectada las 24 horas del día desde diferentes plataformas, por lo que cualquier estrategia tiene que pasar por tener en cuenta los canales existentes y adaptarse a ellos.

 

 
Las relaciones comerciales ya no se dan entre iguales, ni siquiera dentro del mismo país o ciudad. La globalización ha creado un mercado universal que permite hacer negocios con el proveedor que mejor se ajuste a nuestras necesidades sin tener en cuenta dónde reside y lo mismo le pasa al consumidor, para él la oferta de productos se ha multiplicado y gracias a internet y al mundo ecommerce, ahora puede encontrar lo que busca independientemente de dónde provenga.

 

 
Por último es importante recordar a las marcas que no sólo tienen que fijarse en las necesidades de los más jóvenes, ellos son el futuro sí, pero también es cierto que la esperanza de vida es cada vez mayor y por ello nos encontramos y encontraremos con una importante masa de mayores de 50 años a los que hay que seguir enamorando.

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