Los 10 beneficios del porteo de bebés ergonómico

pajarito pinzon logoEl porteo es un sistema de transporte que asegura un contacto constante entre el bebé o el niño y el adulto, así como una postura adecuada para ambos. Pero para ello, el portabebés utilizado debe ser ergonómico; es decir, que respete la fisiología y fisionomía tanto del bebé como del adulto. Es el caso de los portabebés de Pajarito Pinzón, una tienda online que nació en 2013 con el objetivo de extender esta práctica y sus beneficios por todo el país y que acaba de lanzar su nueva web.

Laura Gracia, emprendedora e impulsora del proyecto, explica cómo surgió la idea de poner en marcha Pajarito Pinzón: «siempre me había llamado la atención ver a mamás porteando a sus bebes, o que en otros países se hacía más que aquí. Al conocer un poco más a fondo el mundo del porteo y todos sus beneficios, me pareció apasionante. No soy madre, pero cuando lo sea, seguro que seré porteadora».

Según Laura Gracia, los principales beneficios del porteo tienen que ver tanto con la seguridad del bebé, como con los beneficios físicos y emocionales para el pequeño y sus padres. 

1. Sensación de seguridad. Tras el parto, el bebé reconoce el cuerpo de su madre como su hábitat, sintiéndose seguro en contacto con ella. Una seguridad que poco a poco se amplía al resto de cuidadores habituales.

2. Tranquilidad. Al sentirse seguro, el bebé está tranquilo. No activa sus sistemas de alarma, evitando el estrés y dedicando sus energías a crecer. 

3. Mejora la calidad del sueño. Al estar tranquilo y sentirse seguro, conciliar el sueño le resulta más fácil y, lo más importante, duerme en profundidad. Algo imprescindible puesto que el cerebro organiza las experiencias vividas, precisamente durante el sueño.

pajarito pinzon foto4. Mayor bienestar físico. Un bebé separado de su madre experimenta disminución de la frecuencia cardíaca y de la temperatura, trastornos del sueño y cambios en el electroencefalograma, es decir, un deterioro en los procesos de autorregulación. En cambio, sobre el cuerpo materno, los sistemas del bebé funcionan óptimamente: consumen menos oxígeno, gestionan más eficazmente el gasto energético, favorece la expulsión de gases, se genera un sistema de autorregulación térmica entre portador y porteado (si el bebé se enfría o calienta, la temperatura corporal del adulto variará hasta un grado para compensarlo).

5. Potencia el apego seguro. El contacto constante con el bebé fortalece los procesos de apego seguro entre padres e hijos. Pasar mucho tiempo en contacto directo con el bebé, permite aprender intuitivamente su repertorio de señales de aceptación y rechazo. Así, los padres están mejor preparados para interpretarlas y responder rápida y eficazmente, lo que proporciona al bebé apego seguro, autoestima y un modelo social saludable. La satisfacción de sus necesidades garantiza su óptimo desarrollo físico, intelectual y emocional y lo convierte en un adulto potencialmente más independiente y seguro.

6. Adaptación al entorno. El contacto acelera el desempeño social del bebé, que desarrolla vínculos con sus cuidadores habituales, más allá de la madre, con quien lo tiene desde el vientre. Además, desde el regazo aprende a diferenciar las situaciones amenazantes de las que no lo son, a través de la información filtrada que recibe del adulto que le lleva. De lo contrario, el proceso se ralentiza y el pequeño permanece alerta hasta que aprende a distinguir por sí mismo.

7. Favorece la lactancia materna. El contacto entre madre e hijo activa las mismas hormonas que promueven la lactancia -oxitocina y prolactina-, favoreciendo la lactancia.

8. Protege el desarrollo de la espalda y de las caderas. El bebé debe ir adaptándose para alcanzar su función de bipedestación, propia del ser humano. Por eso, la postura ventral y vertical que adopta el bebé durante el porteo le confiere mayor competencia motriz que ir tumbado en el carrito. Eso mejora el tono muscular del pequeño y protege, en consecuencia, la zona cervical. Por otro lado, las caderas se colocan “en rana”. Con las rodillas flexionadas no hay tensión en el cuerpo del bebé y, además, permite el correcto desarrollo de la cadera y evita posibles problemas como la displasia.

9. Aumenta la autonomía y la movilidad del porteador. Al formar parte de su propio cuerpo y tener las manos libres, el adulto no se siente impedido a la hora de realizar sus actividades diarias con casi absoluta normalidad.

10. Respeta y protege la espalda del porteador. En contra de lo que pudiera parecer, cargar con el bebé no tiene por qué ser perjudicial para la salud postural del adulto, ya que el portabebés ayuda a repartir equilibradamente el peso y refuerza la musculatura. ¡Eso sí! Es fundamental contar con un portabebés ergonómico y saber usarlo adecuadamente.

Más información en http://www.pajaritopinzon.com/ 

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