El reto de enfriar una casa pasiva en verano

Conseguir que una casa pasiva lo sea depende de múltiples factores, pero su sostenibilidad real se ve afectada, entre otras cosas, por su ubicación o situación geográfica. No es lo mismo construir una casa que cumpla con todos los estándares de las Passivhaus en el centro de Europa que en el sur. En este último caso, la refrigeración de la vivienda durante los meses más calurosos puede convertirse en un reto, y la mejor solución a esta problemática pasa por la automatización.

Passivhaus en climas cálidos

El estándar de certificación Passivhaus permite crear edificios energéticamente eficientes, con una climatización adecuada y manteniendo un consumo energético bajo. Desde Loxone, firma especializada en automatización de viviendas y edificios, señalan que optimizar el sistema de refrigeración y renovación del aire, así como contar con un sistema de automatización para su control, permiten mantener un alto nivel de confort dentro de las viviendas con estándar Passivhaus.

Construir una casa pasiva en una zona cálida conlleva una serie de dificultades: hay que minimizar el consumo de energía, también durante los meses más calurosos, optimizando el funcionamiento de sistemas de refrigeración y renovación de aire. Por otro lado, no hay que afectar negativamente el nivel alto de confort de los usuarios, evitando sobrecalentamientos en el interior.

Automatización de elementos que influyen en la refrigeración

Al construir una vivienda o edificio dentro del concepto pasivo, donde se ha realizado un estudio, inversión y ejecución de un modelo constructivo eficiente, resulta esencial que el control de los sistemas que se incluyen en la vivienda o edificio sea también altamente eficiente. Desde Loxone advierten que un control manual de persianas o del sistema de refrigeración puede no resultar óptimo e incurrir en situaciones donde existe un sobrecoste energético innecesario o una situación de malestar para los habitantes. La firma apuesta por la automatización de diferentes elementos, como persianas, ventilación o un sistema de generación de energía renovable.

La protección solar exterior es el complemento perfecto para mantener las temperaturas óptimas interiores durante los meses más calurosos. La incorporación de persianas, venecianas, toldos o pérgolas son necesarias para evitar el impacto solar directo y el sobrecalentamiento interior. La automatización de las persianas minimiza el consumo, ya que se comportan de forma autónoma según las diferentes situaciones durante el día. Se tiene en cuenta la luminosidad y la temperatura exterior en cada momento.

La renovación del aire es uno de los principios básicos para la certificación del estándar Passivhaus, además de ser uno de los elementos imprescindibles para mantener la calidad del aire en este tipo de edificios y reducir la temperatura interior de la forma más eficiente. Integrar un sistema de ventilación de doble flujo con recuperador de calor permite que su funcionamiento sea óptimo, se adaptan las potencias dependiendo de la temperatura exterior e interior según presencia de personas en cada habitación. Además, si hay placas solares fotovoltaicas, el funcionamiento y la potencia se adaptan automáticamente según la energía disponible.

Según el tipo de certificación Passivhaus también es preciso incorporar un sistema de generación de energía renovable. En diferentes ocasiones y ubicaciones pueden incluirse durante la construcción, sistemas de suelo o techo refrescantes, aires acondicionados, splits o fancoils. El sistema de automatización Loxone permite gestionar la energía que se produce para dirigirla a los consumidores que se establezcan como prioritarios, y además gestionar los excedentes para utilizar la energía sobrante para reducir el gasto energético posterior. La producción propia de energía o su excedente también puede utilizarse para optimizar el gasto del sistema de climatización y refrigeración de la Passivhaus o aprovechar para cargar el coche eléctrico a la potencia adaptada automáticamente según la cantidad de energía disponible.

Mantener el confort durante todo el año

Con la ayuda de la automatización de los diferentes elementos que influyen en la refrigeración de las Passivhaus, son tres los tipos de confort que se trabajan:

Confort térmico gracias a una mayor estabilidad de las temperaturas en el interior, teniendo un control preciso en las diferentes zonas de la vivienda o edificio. Todos los sistemas se adaptan para conseguir este objetivo.

Calidad del aire óptima gracias a la constante medición de la temperatura, humedad, CO2 y otros gases y sustancias. La posterior actuación se realiza en consecuencia de los niveles reales y objetivo, activando y regulando los sistemas de climatización y ventilación. Ante cualquier tipo de incidencia en conseguir los valores deseados, los usuarios pueden ser alertados a través de la App o señales en el edificio en sí.

Ahorro en el tiempo empleado en realizar los diferentes controles, evitando que los usuarios tengan que acordarse o anticiparse para bajar o subir persianas, revisar los estados antes de salir de casa, aumentar la potencia del sistema de renovación cuando el aire está sobrecargado, entre otras muchas situaciones diferentes.

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