Análisis pasaporte sanitario: cómo será, efectos y consecuencias para los países y el sector privado

Más de un año después del comienzo de la pandemia, la elaboración de estrategias sobre confinamientos y cierres perimetrales para la contención ha dado paso a la planificación contra el coronavirus. Durante el proceso, está surgiendo una nueva pregunta: ¿deberían los Gobiernos y el sector privado adoptar la idea de un pasaporte de vacunación digital para viajar e, incluso, para la gestión de la vida cotidiana?

“Aunque demostrar que está vacunado para viajar al extranjero no es un concepto nuevo (algunos países han requerido vacunas contra la fiebre amarilla durante años), hacerlo para el Covid-19 sería hacerlo a una escala mucho mayor que nunca. Y un pasaporte para uso doméstico, como para ir a un concierto o a un partido de fútbol es un territorio nuevo y a explorar”, explica Alberto Peris, director ejecutivo y socio fundador de CESAE Business & Tourism School.

Lo cierto es que numerosos países están considerando la introducción de estos llamados pasaportes sanitarios como una forma de reabrir de manera segura reuniones y viajes de forma masiva. En Reino Unido se está desarrollando un esquema de ‘Certificación del estatus Covid’ para permitir la celebración de conciertos y partidos deportivos. Este documento registraría si las personas habían sido vacunadas recientemente, si dieron negativo en las pruebas o ya se han recuperado tras pasar la enfermedad.

Por su parte, la Unión Europea también está trabajando en planes para introducir este pasaporte, mientras que en Israel ya está disponible un ‘Pase Verde’ para cualquier persona que haya sido vacunada o se haya recuperado del Covid-19, que tiene que mostrar para acceder a instalaciones como hoteles, gimnasios o teatros. No obstante, las instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han mostrado contrarias a esta fórmula y no apoya la exigencia de pasaportes de vacunación para viajar, debido a la incertidumbre sobre si la inoculación previene la transmisión y las dudas asociadas a las posibles consecuencias de discriminación.

¿QUÉ ES UN PASAPORTE COVID-19 Y CÓMO FUNCIONARÍA?

Alberto Peris señala que “todavía no existe una definición acordada para un pasaporte de vacuna Covid-19, pero a grandes rasgos podría ser un documento (probablemente digital), que permitirá demostrar a cualquier autoridad que la persona ha sido vacunada”. Sin embargo, es probable que el pasaporte sanitario no sea como el pequeño y tradicional documento al que estamos acostumbrados; más bien, el concepto más probable será el de un pasaporte digital presente en una aplicación móvil.

“Esta app también podría permitir verificar los requisitos de entrada para un país (posiblemente después de cargar el itinerario del viaje) y mantener el estado de su último test, así como otras informaciones requeridas”, señala el director ejecutivo de CESAE Business & Tourism School, que apunta que “para las personas sin smartphone algunos defensores de este pasaporte abogan por una versión alternativa en papel”.

Cómo la aplicación verificaría su vacunación es todavía una cuestión pendiente. Quizás podría tomar una foto de un certificado de vacunación en papel, pero ese método abre la puerta a una posible falsificación. “Una mejor opción sería que las personas vacunadas recibieran un registro digital, pero eso requeriría que los sitios de vacunación mantengan registros estandarizados y pongan los datos a disposición de los desarrolladores de pasaportes”, afirma Alberto Peris.

Uno de los grandes inconvenientes sería la falta de estandarización. Algunas aplicaciones, por ejemplo, podrían solicitar más información que otras o podrían funcionar de diferentes maneras. Otro problema potencial podría ser que los países y las aerolíneas solo acepten algunas aplicaciones, lo que obligaría a los viajeros a cargar sus registros de vacunación varias veces.

Tendremos que ver cómo se desarrolla, pero podría ser necesario que los Gobiernos intervengan, sobre todo, porque podría complicarse si algunos países deciden excluir una determinada vacuna”, indican desde CESAE Business & Tourism School. En este sentido, Islandia ha sido uno de los primeros países en permitir que los visitantes vacunados se salten las pruebas y los requisitos de cuarentena, seguido de otros países como Belice, Croacia, Ecuador, Estonia, Guatemala, Montenegro y Seychelles.

VENTAJAS PARA EL SECTOR PRIVADO

Las aerolíneas, lideradas por la IATA, las compañías de cruceros y otras empresas de la industria de viajes y hotelería son grandes partidarias de este pasaporte sanitario. Qantas, por ejemplo, requerirá que los visitantes de Australia tengan una vacuna para volar. “Existe un gran incentivo para que las aerolíneas respalden esta iniciativa. Ellas son responsables de garantizar que los pasajeros tengan la documentación correcta para volar a cualquier país antes de abordar un vuelo. En cierto sentido, eso hace que el mostrador de facturación de una aerolínea sea el equivalente a un cruce fronterizo. Y si una aerolínea lleva a alguien a un país al que no puede ingresar porque no está vacunado, la aerolínea es responsable de llevarlo de regreso a casa por su cuenta”, matiza Alberto Peris.

¿Cuáles son los argumentos a favor de un pasaporte SANITARIO?

Desde CESAE Business & Tourism School apuntan que los defensores del pasaporte destacan estos argumentos son:

  1. El regreso tan esperado a la vida ‘normal’.
  2. Animará a las personas a vacunarse, lo que reduciría la transmisión de Covid-19.
  3. Proteger mejor a los trabajadores de primera línea en las industrias médica, de viajes, hotelera y de servicios.
  4. Permitir a los países reabrir completamente sus economías.

Sin embargo, el problema es que estas razones no coinciden perfectamente. Entonces, ¿cuál será la prioridad? “Eso es algo que todavía no está claro y habrá que decidir”, señala Alberto Peris.

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