El texto (casi) perfecto o cómo brillar en la oscuridad

 

Te acaban de encargar un súper proyecto en el que debes diseñar una estrategia de contenidos (blog, página web, e-mail marketing…). O tal vez una publicación corporativa, digital o en papel (llámale revista, e-book o incluso un libro). ¡Estás entusiasmad@ con ello y se te ocurren miles de ideas para darle la mejor forma!

A la hora de desarrollar la estrategia, empiezas a redactar, a dar rienda suelta a tu creatividad para que, en cada soporte, salga el texto más adecuado. Tienes clara la extensión, el registro, el tono y la voz narrativa. Una vez ya lo has terminado, te lo lees, relees e incluso pides a alguien de tu equipo que le eche un vistazo. ¡Está perfecto!

Puede que tengas razón. Pero también puede ser que, sin que te hayas dado cuenta, queden algunos flecos por cortar. Por eso siempre es recomendable que los textos pasen una revisión, aunque solo sea ortotipográfica, por parte de un corrector profesional –ya sé que estarás pensando que este es un servicio caro, pero nada más lejos de la realidad–.¡Tu trabajo no puede perder brillo!

 

Pero… exactamente… ¿qué aspectos tendrá en cuenta el corrector profesional? ¡Te citamos algunos!

  1. Ortotipografía. Puede que el corrector automático de tu procesador de textos haya corregido casi todos los errores ortográficos que hayas podido cometer. Pero no pongas la mano en el fuego, él no lo hará por ti: ¿has utilizado correctamente la cursiva? ¿Te has asegurado de que esa palabra se escribe con mayúscula? ¿has utilizado las comillas adecuadas? ¿Sabes en qué casos utilizar la versalita?
  2. Gramática. ¿Estás segur@ de que este verbo se rige con la preposición adecuada? ¿Estás al día de las últimas actualizaciones de la gramática normativa (acentuación, términos compuestos, neologismos…)?
  3. Puntuación. ¡La eterna maltratada! Más allá del sacrilegio de colocar coma entre sujeto y predicado, la puntuación es uno de los temas más complejos que plantea cualquier lengua. Y de ella dependerá la sintaxis de nuestro texto. ¡No es moco de pavo!
  4. Errores de picaje. Un espacio de más o de menos, una palabra que falta, una letra que no está en su lugar… errores tontos que pueden costarte caros.
  5. Estilo y legibilidad. Has leído tantas veces el texto que casi puedes recitarlo de memoria. ¿Qué tal si unos ojos frescos le echan un vistazo? Será más fácil detectar errores y expresiones que, aunque para ti sean clarividentes, tal vez a otro le resulten incomprensibles.
  6. Coherencia y narrativa. ¿Es coherente el registro, el tono y la voz narrativa a lo largo del texto? ¿Y del proyecto entero?

 

Si lo que estás revisando, además, tiene que ir a imprenta, deberás tener especial cuidado, como mínimo, con los siguientes tips:

  1. Márgenes e interlineado: ¿se mantienen a lo largo del documento?
  2. Líneas viudas y huérfanas: es decir, que no quede ninguna línea suelta al final o al inicio de una página.
  3. Índice y paginación: ¿corresponden los títulos de los apartados y subapartados con las páginas indicadas en el índice?
  4. Separación correcta de palabras al final de línea: ¿sabías que existe una normativa específica para ello?
  5. Tratamiento de la cursiva en los títulos y destacados: ¿sabías que en estos casos, suele optarse por las comillas simples en lugar de la cursiva?

 

¡Con todos estos elementos claros (y una buena idea bien contada detrás, claro) tu texto estará preparado para brillar en la oscuridad!

¿Alguno de los puntos mencionados se te resiste especialmente? ¿Crees que hay alguno que deberíamos citar y que consideras esencial? ¿O tal vez quieras contarnos algún caso o historia relacionados con el tema? ¡Nos encantará comentarlo!

 

 

LOGO SENSE INFODiana Argelich

Dirección de proyectos de textosBCN

www.textosbcn.com

 

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