¿Cómo te va a afectar cambiar tu imagen corporativa?
por Redacción
en Buenas prácticas
Existen muchas razones que pueden influir a la hora de que una empresa decida dar un lavado de cara a su imagen corporativa, desde una ampliación de servicios, hasta un giro comercial, pasando por una necesidad de actualizarse. Sea como sea, estos cambios deben comunicarse con cuidado y evitar las malas interpretaciones.
Las agencias de comunicación subrayan que toda transformación corporativa debe planificarse teniendo en cuenta tanto al público al que se dirige la marca como a sus trabajadores. Este es un error bastante común, ya que algunas compañías centran sus esfuerzos de comunicación en el cliente final y se olvidan de sus empleados.
Comunicación interna
Una modificación en la imagen corporativa de una compañía es más que retocar el logo y se afecta al terreno emocional, ya que como consumidores desarrollamos vínculos con las marcas y no nos gustan los cambios, nos hacen desconfiar y lo mismo les ocurre a los trabajadores de esa empresa. No contar con una buena estrategia de comunicación interna puede llevar a generar un clima de desconfianza en el seno de una compañía.
Si el empleado no entiende las modificaciones se sentirá desligado de la nueva imagen, no sólo no la defenderá sino que no la reconocerá. Además, en la actual situación de crisis, un cambio de esta índole puede hacer pensar a cierres, en absorciones y en el trabajador en el paro.
Por ello es muy importante no sólo informar a la plantilla sino hacerle partícipe del proceso de cambio, que viva la transición como un agente activo y no como un mero espectador.
Comunicación externa
Una vez todos los miembros de la empresa entienden los motivos de la transformación hay que explicarlos al exterior. Las agencias de comunicación saben valorar la magnitud de este tipo de cambios y proponer la mejor forma de sacarlos a la luz, ya sea vía nota de prensa, rueda de prensa u organizando un evento creativo y original que deje a todo el mundo boquiabierto.
Sea cuál sea el camino que se elija para presentar la nueva imagen de la empresa tiene que ir acompañado de una argumentación positiva. A nadie le puede quedar dudas de que lo beneficioso del cambio. Por ejemplo si es para crear una nueva marca, se puede reforzar la idea de que la empresa sigue creciendo, algo que implica una apuesta de futuro y da seguridad en la compañía.
Hay que compensar al consumidor potenciando las características y nuevos servicios de la empresa, porque si no se corre el riesgo de perder a los clientes más fieles. Ellos en su día ya crearon un vínculo con esa empresa y un cambio de imagen puede hacer que no la reconozcan.
Redes sociales
Los social media han abierto un nuevo canal de comunicación que las empresas deben utilizar para mejorar su contacto con los usuarios, mantenerles informados y conocer sus gustos. Existen muchas formas de fomentar la participación en las redes sociales e implicar a los fans en el proceso de cambio. Incluso existen marcas, como en su día hizo Spanair, que dejaron en manos de los ciudadanos la elección de su nueva imagen corporativa.
Usar nombres o figuras abstractas siempre requerirán una explicación extra por parte de la empresa y su camino de aceptación será más largo. En el caso de emplear palabras extranjeras también nos encontramos con el hándicap de mostrar a los consumidores cómo se va a pronunciar.
La tipología de letra o los colores que se elijan tendrán mucho que ver en la percepción final que tenga el usuario de la empresa. Hay tonalidades agresivas, otras más femeninas y lo mismo respecto a las letras que pueden dar una apariencia más dura, moderna o artística. Todas ellas son validas si casan con los valores y la filosofía de la marca pero sólo funcionaran entre el público si se les explica el cambio.