¿Tienes una idea? Hazte emprendedor

El camino del emprendedor no es fácil pero sí muy satisfactorio. Hacer lo que a uno le hace feliz no tiene precio. El punto de partida es la idea, pero tan importante es tenerla como la ejecución. Por ello, te recomendamos establecer un business plan en el que se contemple un estudio de mercado y se concrete el capital disponible. También es necesario que te informes jurídicamente de los aspectos legales que rodean a la creación de una empresa.

Ser visible nos ayudará a vender

Conseguir el primer cliente siempre es lo más difícil, así que si tarda en llegar no te desesperes, persevera. Cuando presentes tu proyecto sé detallista y personaliza las propuestas, al cliente le gusta sentirse único y especial.

Para una empresa nueva es muy importante ganar visibilidad. El cliente tiene que saber qué servicios ofreces, quién está detrás de la empresa y qué opinan de ella otros consumidores. En este punto, las redes sociales juegan un papel importante en la difusión de nuestra imagen. Definir bien nuestra marca es básico, tiene que transmitir no sólo nuestro concepto de negocio sino también nuestros valores de empresa. Si necesitas ayuda para darte a conocer, no lo dudes externaliza, busca a una agencia de comunicación que te guie en tu proyecto.

Una montaña rusa emocional

Recuerda que cuando uno tiene una idea y se quiere arriesgar es normal que aparezcan los miedos y las dudas. Además poner en marcha un proyecto puede consumirnos mucha energía hasta que llegan los resultados. La inestabilidad emocional forma parte del emprendedor pero si se sabe gestionar no tiene nada de malo. Todos tenemos días buenos y menos buenos. Contar con un buen equipo en el que apoyarse y que complemente tus carencias ayuda a evitar el desgaste.

Como emprendedor tienes que compartir su idea de negocio con la gente que le rodea y, si fuera necesario, buscar asesoramiento profesional. Aceptar las críticas como parte del aprendizaje puede ahorrarte muchos tropiezos. ¡Suerte!

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