2018, el año de consolidación del Social Selling

 

El Social Selling ha sido la revolución del 2017 en comunicación pero se espera que su consolidación sea este 2018. No obstante, algunos aún no han escuchado hablar de este término que ya se ha popularizado en las agencias de comunicación. Aunque la traducción literal del inglés es “venta social”, realmente esta técnica no tiene la idea de vender sino de conocer mejor a clientes y posibles clientes para ampliar el negocio. Es decir, se trata de utilizar las redes sociales para encontrar, conectar y entender a los consumidores.

El principal objetivo de esta práctica es atraer la atención del sector y lograr un engagement continuo. Las redes sociales ayudan a encontrar nuevos clientes de ahí que sea tan importante la imagen que trasmitimos a través del perfil de la empresa. Es habitual que antes de nuestra web encuentren nuestro perfil en Facebook o LinkedIn, así que ofrece una imagen clara y transparente que “enamore” al posible cliente y cree engagement.

Por supuesto, el trabajo de comunicación, en este caso, va ligado al de los comerciales. Ya los comerciales no se centrarán en criterios arbitrarios para vender sino en conexiones sociales que descubrirán gracias al trabajo en equipo con los expertos en redes sociales. Claro que habrá que seleccionar los contactos más adecuados y quienes son realmente aquellos clientes potenciales a los que llegar así como los posibles influencers que ayudarán a la empresa a llegar a otros posibles clientes.

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Toda empresa que tenga un perfil en Facebook, Twitter, Instagram o LinkedIn ya está utilizando el Social Selling sin saberlo pero se le puede sacar aún más partido. Para ello, no podemos quedarnos en el número de ‘me gustas’ o de retwits; hay que dar un paso más y analizar toda la información.

El Social Selling huye del spam y del bombardeo de publicaciones y se centra saber del cliente y dirigirse al mismo con mensajes únicos y personalizados. Por ello, la única forma de hacer Social Selling es compartiendo contenido de calidad para el sector y los clientes. No obstante, para conseguirlo se necesita un estudio previo y una estrategia que puede sentarse en distintos pilares como pueden ser el impacto emocional, la nostalgia, el humor, etc.

Una vez más, cada red social es única y tiene características exclusivas que habrá que tener en cuenta y explotar en cada mensaje. No puede desarrollarse de igual manera un mensaje en Twitter que en Instagram o LinkedIn. Tienen público diferente y, lo más importante, formas de comunicar diferente. Hay que adaptarse a cada una de las plataformas.

El Social Selling es el fin de la venta fría. Ahora, gracias a las redes sociales, podemos saber mucho de nuestros posibles clientes antes de acercarnos a ellos.

 

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