Para enamorar a sus clientes las marcas deben informar y no olvidarse de emocionar

mother-612462_960_720El mundo de la comunicación y el marketing no ha sido inmune a los cambios que ha propiciado la llegada de la era digital. Ahora las marcas han de rehacer sus discursos y aprender que su nuevo rol no es el de comunicador supremo, sino el de ser un interlocutor más que tiene que aportar datos pero también saber escuchar.

 

Las redes sociales han jugado un papel importante en esta nueva forma de relacionarse. El consumidor, mucho más informado y exigente, ya no se limita a ejercer de agente pasivo sino que busca la interacción con las empresas. Un diálogo para el que no todas las compañías están preparadas. En Agenciasdecomunicacion.org nos encontramos con marcas con serias dificultades para hablar con su público objetivo e incluso muchas se niegan a pisar el terreno digital por miedo a no estar a la altura, perdiendo así las posibilidades no sólo de fidelizar a su target sino también de ampliar su cartera de seguidores.

 

La clave está en que las marcas aprendan a relacionarse con personas. Una vez tengan este punto claro entenderán que tienen que acercarse a ellas dejando de lado su interés comercial, prestando atención a lo qué tienen que decir y adaptando sus estrategias de comunicación y marketing a ellas. Porque la información es poder y la red ofrece este gran tesoro a las empresas y de forma gratuita ¡qué más se puede pedir! A cambio a las compañías les toca hacer el esfuerzo de quitarse la máscara y pensar en el consumidor.

 

Una vez las marcas han aceptado que estas son las reglas del juego y entienden que ahora el centro de sus acciones es y debe ser su público objetivo es cuando llega el momento de sacar provecho a la situación. Por ejemplo, la saturación que vive el mercado hoy en día ha hecho que la publicidad haya pasado de informar a emocionar. Esto se debe a que las empresas han entendido que tienen que dejar de buscar argumentos racionales para atraer a los consumidores y apostar por llegar a su corazón.

 

Y en el campo de la comunicación y el marketing se está siguiendo el mismo camino. Un cambio de mentalidad que llevará a las firmas a dejar de buscar argumentos para justificar la compra de un determinado producto para potenciar las emociones que este generará en el usuario si lo consume. Ya no basta con decir que nuestra marca es la mejor, hay que motivar al mercado para que se acerque a nuestra marca y para ello es imprescindible conocer sus motivaciones, necesidades, miedos, anhelos, etc.

 

Ahora son las compañías las que deben esforzarse por formar parte de la vida de su público objetivo. Una transformación que puede conseguirse a través de acciones de street marketing, de apariciones en los medios de comunicación, con la organización de eventos o simplemente creando un vídeo en el que la empresa muestre algo sorprendente o que el público no espera. Las tácticas de acercamiento pueden variar pero el objetivo siempre será el mismo: conseguir que la marca adquiera un valor añadido que ‘engatuse’ a los consumidores.

 

 

Sorprender, seducir, atraer o despertar la curiosidad son sentimientos que las empresas deben explotar para poder formar parte de la vida de los consumidores y esto nunca lo lograrán sino hacen el esfuerzo de dejar su ego a un lado e intentar conocerles. Sólo así podrán ofrecerles los productos y servicios que satisfagan sus necesidades de forma eficiente.

 

Unos argumentos que desmontan la idea defendida por muchas marcas en las décadas anteriores y que defendía que los consumidores no sabían lo qué querían y que tenían que ser ellas las que despertaran esta necesidad. En el SXXI, en la era digital, el cliente sabe qué quiere y cómo. Ahora le toca a las empresas descubrirlo.

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