Aplicar una estrategia de comunicación interna es imprescindible ante los cambios tecnológicos

En el SXXI es evidente que ninguna marca puede aspirar al éxito sino apuesta por la tecnología, pero el triunfo tampoco llegará si la digitalización no se produce en paralelo a un plan  de comunicación. Una estrategia que no debe limitarse a las acciones externas, sino que debe de hacer especial hincapié en crear un clima informativo óptimo y eficaz entre la compañía y las personas que forman parte de ella.

Todo avance tecnológico facilitará la labor de una empresa pero aplicar un cambio y no comunicarlo previamente y de forma correcta a los trabajadores puede hacer que lo que suponía dar un paso de gigante caiga en saco roto porque no se sepan aprovechar sus ventajas.

Las agencias de comunicación recuerdan que antes de poner en marcha un nuevo plan organizativo hay que crear una hoja de ruta en la que se fije cómo se va a explicar, a quién va dirigido el cambio, las ventajas que tiene y, en el caso que hubiera algún inconveniente, detallar de antemano que las molestias valdrán la pena. Transparencia y sinceridad, estos son los dos atributos que ayudan a que un acto comunicativo sea aceptado con éxito.

Los cambios asustan, todos lo sabemos y si además no somos nada tecnológicos todavía más. Por ello es importante que desde los departamentos de comunicación se defina un argumentario que ayude a tranquilizar a los empleados. Y sobre todo para evitar que el trabajador se sienta desvinculado o aislado de los avances que hace su empresa, porque justo debe ser todo lo contrario: debe verse implicado y como un agente participativo de estos cambios.

El trabajor, tu mejor prescriptor

La coherencia es imprescindible. Por muy maravilloso que sea el avance tecnológico nunca puede ir en contra de los valores y filosofía de una marca, puesto que se produciría una ruptura con sus clientes pero también con todas aquellas personas que la hacen posible: trabajadores, proveedores, destruidores, etc.

Lo hemos dicho muchas veces y no nos cansaremos de repetirlo. un trabajador feliz es el mejor prescriptor que puede tener una marca. Así que él debe de ser una de las partes centrales de cualquier estrategia de comunicación. Pese a que la realidad nos dice que son muchas las pequeñas empresas que ponen el foco en el exterior y se olvidan de los que hay dentro. provocando así que los trabajadores se enteren de los cambios antes por la prensa o las redes sociales que por sus propios jefes.

 

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Si se llega a una situación así el buen funcionamiento de la empresa se va a resentir, puesto que el empleado siente que no se le tiene en cuenta, que no es importante y su grado de implicación con el proyecto cae en picado. Esto es algo que ninguna empresa puede permitirse, porque a fin de cuentas las marcas las formas las personas y cada vez más los consumidores buscan esta parte humana de ellas.

En Agenciasdecomunicacion.org queremos resaltar la importancia de luchar y promover el compromiso del empleado y eso sólo se logra con unas buenas políticas de comunicación interna. Porque el éxito de una marca no vendrá exclusivamente de lo tecnológica que sea, sino del uso que hace de ella y para que sea un uso responsable, eficaz y provechoso los empleados deben entender los cambios como algo positivo y sentirse importantes por formar parte de ellos y porque la empresa los tenga en cuenta.

 

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